lunes, 16 de mayo de 2011

En defensa de la "Clase Magistral 2,0"

EN DEFENSA DE LA "CLASE MAGISTRAL 2.0"

No corren buenos tiempos para la educación española, ahora la culpa la tiene la crisis, sin embargo todos sabemos que esto es la coyuntural y conveniente “cabeza de turco”, pero que la responsabilidad de nuestra situación educativa hay que buscarla en otros sitios...
Soy profesor de la Universidad Rey Juan Carlos, y doy clase en varios campus madrileños, así que me veo en la obligación de implantar el espíritu y la metodología de Bolonia, pero en Vicálvaro o en Mótoles y Fuenlabrada. Esta es una de las tareas de los profesores universitarios, hacer que las Facultades de nuestros campus epañoles ¡sean Bolonia!
Las metologías de enseñanza que propugna Bolonia, implican recursos. Recursos de los que no dispone la Universidad pública española, así que nos enfrentamos al problema de la “cuadratura del círculo”, es decir, el mandato es: “implante usted Bolonia en su Facultad”, pero sin recursos, o inclusive con menos recursos, ante los presentes recortes presupuestarios. ¿Me entienden ustedes?
En este contexto me parece adecuado realizar una serena defensa de la “clase magistral” como metodología de enseñanza y aprendizaje. Soy consciente de que esto no es “moderno”, que no va acorde a las tendencias actuales de la pedagogía oficial, pero mi edad ya me ha permitido ver cambios sismicos en lo que las diferentes épocas han considerado “moderno y actual” en cada momento.

La clase magistral es fuertemente criticada en base a que se estima que es un método que se preocupa sólo de los conociminentos (repetitivos) que son transmitidos por el profesor (el protagonista) a los alumnos desde una posición jerárquica, ante un alumno oyente y pasivo. Se acusa, también a esta metodología de no generar comunicación ni interacción entre los alumnos, ni entre estos y el profesor. El profesor es la única fuente de saber que lo expone ante el alumno, sin ninguna iniciativa de quién aprende, sin tener en cuenta el nivel de duración de la atención del alumno, al que se le pide que explote únicamente su memoria. Esta clase se da en unos espacios organizados a tal efecto, es decir, el profesor en lo alto de una tarima, y claramente separado de los alumnos, para “mantener la necesaria distancia”.

La realidad de la Universidad española es muy rica y diversa, en consecuencia seguro que hay una gran variedad de “clases magistrales”. Razón por la que aquí nos vamos a referir a las clases magistrales que yo conozco, bien por que las doy yo, o bien porque me consta que así lo hacen muchos de mi colegas.

En primer lugar la clase magistral tal y como se ha descrito anteriormente en el párrafo referido a las críticas a esta metodología, ya no existe en la realidad. Efectivamente, ¡no existe!, así pues las críticas lo son a un modelo “puro” de clase magistral antigua, que ya hace años ha desaparecido de la gran parte de las aulas universitarias, o que tiene una presencia absolutamente marginal.
En la clase magistral 2.0 los conocimientos no son repetitivos, si el profesor ama su profesión, estará permanentemente actualizando el estado de su materia, incorporando al programa o guía docente, las novedades que en cada momento se estimen oportunas. Además, en la clase magistral 2.0 se han introducido un sin fin de herramientas y metodologías que la potencian y complementan: vídeo, sonido, internet, casos, debates dirigidos, interrogación didáctica, miniteatros, proyectos, solución de problemas, incidentes críticos, análisis y comentarios de noticias y temas de actualidad, visitas y trabajos de campo, campus virtuales, foros, “newsletters”, artículos de revistas científicas, etc. Esta es hoy la clase magistral 2.0. Es evidente, así, que el profesor no es la única fuente de saber.
El aula cambia con la sociedad, el aula no es un compartimento estanco al que no le afectan los cambios sociales, así, indicar que el profesor es el protagonista de la clase magistral es ya pasado. En el aula se respira un ambiente muy parecido al que hay fuera del aula, hay muchos protagonistas en diferentes días y situaciones. Esta es la realidad. A veces el protagonista es el profesor, otras veces uno o varios alumnos, en otras ocasiones algunos equipos de trabajo, en otras unos vídeos de Youtube, etc.
Por la misma razón sostener que el profesor está en una posición jerarquica, es una media verdad, de las medias verdades peligrosas, de las que ven sólo un lado. Nuestra sociedad ha derribado la mayoría de las posiciones jerarquicas, y esto pasa dentro y fuera de la Universidad, dentro y fuera del aula. La posición de jerarquía, o mejor de respeto, hoy un profesor se la tiene que ganar, se tiene que hacer acreedor a ella por parte de los alumnos, caso contrario, ¡se acabó la jerarquía! ¡se acabó el respeto! Pero esto es lo normal, ¿no?, es lo que pasa en la vida cotidiana.
En la clase magistral el alumno está ausente y pasivo, sólo si él quiere y así lo desea. Razones y motivos para no estarlo tiene suficientes como para, si lo desea, “subirse al carro” de la asignatura, incluso para proponer temas de trabajo, análisis o discusión. Hoy un alumno pasivo en una clase magistral 2.0 no tiene disculpa. Lo siento querido alumno, pero ha llegado el momento de que cada uno asumamos nuestras responsabilidades.
La clase magistral 2.0, gracias a todas las herramientas y metodologías que ha conseguido inccorporar dentro de ella, es o puede ser altamente interactiva. El mayor problema es el número de alumnos por clase (pero esta es otra cuestión). Los alumnos pueden, y así lo hacen, dirigirse al profesor personalmente, en tutorías, a través del campus virtual, etc. La cercanía con el alumno es afortunadamente extraordinaria. Yo personalmente respondo a cientos de correos (sí, ¡cientos!) en cada una de mis asignaturas, sobre multitud de asuntos relacionados con cada materia. La interacción es tal, que muchos profesores nos vemos sencillamente desbordados, y sin tiempo para poder atender adecuadamente a nuestros alumnos. ¡Esta es la situación!
En la clase magistral 2.0, ya lo hemos explicado en los parrafos anteriores, el alumno tiene protagonismo, y tiene iniciativa, esto gracias a lo flexible que esta clase puede ser, con la incorporación de un buen sin número de actividades. La iniciativa depende del alumno, está en sus manos. Lo mismo se puede argumentar sobre “la duración de la atención del alumno” en el aula. Este ¿es un problema de la clase magistral?, o ¿es un problema que tenemos en la sociedad actual, con los jóvenes actuales, en todos los ámbitos?
La clase magistral no es todo y sólo memorización. En primer lugar ejercitar la memoria no es malo, pero, además, la “memorización” está prácticamente expulsada de los actuales sistemas de evaluación continuada, en los que se evalúa muchas veces, pero de muy poca materia, y de varias formas, en varias oportunidades. En consecuencia, en general, la memorización no es un pecado que se pueda imputar a la actual clase magistral 2.0.
Finalmente, para acabar esta breve reflexión y defensa de la actual clase magistral 2.0, los espacios físicos diseñados para diferenciar la posición del profesor, de la del alumno, están siendo continuamente alterados por la realidad de profesores que se bajan de la tarima, que pasean por el aula, que se interrelacionan con sus alumnos en los espacios de los alumnos, por la facilidad con la que un alumno sube a la tarima para hacer una exposición a la clase, o para hablar o preguntar a su su profesor. Es decir, los profesores y los alumnos nos iterrelacionamos ¡a pesar del espacio! Esto es también una realidad, el aire fresco hace mucho tiempo que entró en las aulas, y lo metimos dentro, precisamente los alumnos y los profesores, a pesar delos diseñadores de estos espacios con tarima.
No hay metodología que no haya sufrido el impacto del cambio, así como la sociedad, los profesores y los alumnos han cambiado, también han cambiado los métodos. Y esto ha afectado a la clase magistral, que no es como la de “antes”, ahora se ha transformado en lo que hemos denominado aquí, clase magistral 2.0. En ella se reconoce la diferencia entre “enseñar” y “aprender”, y los profesores la hemos adaptado a los nuevos tiempos, para “enseñar” de la manera que nuestros alumnos “aprenden”.

¡Larga vida a la clase magistral 2.0!

Luis Mª García Bobadilla
Profesor Universidad Rey Juan Carlos (Madrid)
Co-fundador de la NOEmpresa www.venderomorir.com
Ver en este Blog el "Manifiesto de la NOEmpresa".
Autor del libro “+Ventas” (4ª edición). Editorial Esic.

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