sábado, 28 de diciembre de 2019

Manipulación lingüística. De-significar. Re – significar


Manipulación lingüística. De-significar. Re – significar
(29/12/2019)
El pasado 20 de diciembre de 2019, Sergio Parra en su web “xatakaciencia.com” publicó un artículo titulado “La principal agencia de salud pública de EEUU tiene prohibido usar “feto”, “transgénero” y otras frases y palabras”. Y continúa con “otras palabras prohibidas como: vulnerable, derecho, diversidad, o basado en evidencia”.
La manipulación lingüística es el aire que respiramos en una sociedad de la “infoxicación”, en la que el objetivo a conseguir es el dominio del cerebro de los ciudadanos. Así de simple, puede parecer increíble, exagerado, pero si levantamos la vista, si estamos mínimamente alertas y ponemos en práctica nuestra capacidad de pensamiento crítico, de pensar por nosotros mismos, de no seguir consignas, ni lemas, tal vez podamos tener una opinión fundada, sobre el asunto de la manipulación a la que diariamente estamos sometidos.
La importancia y el poder de la palabra se conoce desde antiguo. En la Biblia queda claro: “En el principio era el Verbo (la Palabra), y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios” (Juan 1.1). Para Séneca igualmente era definitivo: “Tal es el lenguaje de los hombres cuál es su vida”. Brandler y Grinder, los creadores de la Programación Neurolingüística (PNL): “la magia se esconde tras la lengua que hablamos”.
Una vez establecida la importancia de “la palabra”, pasamos brevemente a recordar algunas bien conocidas técnicas lingüísticas de manipulación, camuflaje, encubrimiento:
1. Neolenguaje. Aparece en la novela 1984 de George Orwell: crear palabras o frases nuevas. Ejemplos: Tranquipastilla. Tranquiler. Venketing. Crecimiento negativo. Brotes verdes. Copago. Minijob. Precrimen.
2. Agravamiento o atenuación: agravar o suavizar la realidad. El agravamiento es técnica muy practicada por muchos “Profetas de la desgracia” como los llama Jacques Lecomte (2018), en su libro “¡El mundo va mucho mejor de lo que piensas!”. Estos profetas siempre agravan la situación con el objetivo de conseguir mayor conciencia sobre los problemas ambientales, pero lo que consiguen es: cansancio, desconexión, inmovilismo, incredulidad, pasividad, … Además, sólo se concentran en las malas noticias y realidades, y la gente necesita ver cosas positivas y progreso para continuar en la mejora.
3. Eufemismo: sustituye un término por otro. Similar o igual significado, pero diferente connotación. Muy relacionado con el neolenguaje. Ejemplo de una viñeta de El Roto: “las limosnas ya no se llevan, lo moderno es el micromecenazgo”. Moderación salarial por bajada de salario. Edad dorada por vejez, Etc.
4. Lenguaje políticamente correcto (al servicio de una ideología): Sin comentarios, estamos rodeados de lenguaje políticamente correcto. ¡Socorro!
5. Insultar: técnica muy usada para buscar el arrebato emocional en la parte contraria, y así conseguir descalificar su discurso e ideas.
6. Tecnificación y jerga: se puede usar entre expertos para ganar precisión, pero también se usa para confundir, aprovechando la ignorancia y timidez de la parte a la que va dirigido el discurso. Puede dar lugar a la falacia “ad ignorantiam”.
7. Etiquetación: Poner etiquetas, es técnica también vieja conocida, como vemos en el siguiente ejemplo, que trata de condicionar las respuesta: "Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios, sin tener en cuenta la condición de las personas, porque tú no te fijas en la categoría de nadie. Dinos qué te parece: ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no?San Mateo 22,15-21. Tres etiquetas para condicionar la respuesta a la pregunta que viene a continuación.
8. Falacias: usar el lenguaje y los argumentos de forma incorrecta, pero de tal manera que es difícil de detectar. Así les damos el valor de buenas ideas, buenos argumentos y razonamientos. Se puede ver en wikipedia el gran número de falacias existentes. También es recomendable leer de Ricardo García Damborenea su “Diccionario de falacias”, y de Arthur Schopenhauer “El arte de persuadir”.
9. De-significar. Re-significar: Estrategia de manipulación lingüística en 4 pasos:
    1) De-significar una palabra (quitarle su significado original).
    2) Re-significar (darle el nuevo significado que nos interesa).
    3) Meter una “palabra-emoción” en ese nuevo significado. La emoción confunde a la razón.
    4) Apropiarnos de ese nuevo significado de la palabra a través de la repetición constante.
Podemos pensar que todo esto no es posible, que nuestro cerebro y nuestro razonamiento nos protege de todos estos efectos de manipulación con palabras, pero la neurociencia nos viene a quitar esta esperanza. Todos los estudios sobre el comportamiento y la toma de decisión de las personas concluyen que estos procesos están sometidos a importantes y numerosos sesgos cognitivos. Entre otros, Daniel Kahneman y Amos Tversky lo han demostrado en sus estudios (“Pensar rápido, pensar despacio”). Nuestro cerebro es un vago cognitivo, y toma atajos (heurísticos) para hacernos la vida más fácil, y para que podamos sobrevivir, que es lo único que le importa a nuestro cerebro.
Por otro lado, como de nuevo dice en una de sus viñetas E Roto: “Estamos vaciando las palabras de cualquier significado para que podáis hablar libremente”, y se ve un personaje, que se supone académico con un diccionario en la mano. Es decir, se está asisitiendo a una especie de “desarme” de las palabras, que contribuye a que todo valga para todo, y cada palabra, para casi todo, y al final no signifiquen nada, o signifiquen lo que alguien con poder quiera que signifiquen. Como decía el poeta Rafael Alberti: “Las palabras entonces no sirven, son palabras, siento esta noche heridas de muerte a las palabras”.
Hay un camino para evitar que estos múltiples ataques de las palabras sean efectivos. La solución es tener un alto grado de alerta y desconfianza, cuando estemos expuestos a mensajes de determinadas “fuentes peligrosas” (partidos políticos, gobiernos, sindicatos, medios de comunicación, empresas que quieren vendernos cosas para que seamos felices, profetas de la salud, religiones, redes sociales, ...), y practicar todo lo posible el estilo de pensamiento crítico (Ver la web de criticalthinking.org con recursos para poder iniciarse en esta forma de pensar), que es un estilo de vida, que te cambia la vida.
¡Adelante!
Luis Mª García Bobadilla
Humano. Ventas. Marketing. Vino. Escritor. Ponente. Ex-profesor en Universidad Rey Juan Carlos-Madrid. Cristiano. Jubilado. 100% Liberal (Hayek) ¡Es la economía!