viernes, 1 de junio de 2018

La mente oculta, el no consciente, o el inconsciente. Hoy los errores son más graves. ¡Atención!


La mente oculta, el no consciente, o el inconsciente.
Hoy los errores son más graves. ¡Atención!
2 de Junio de 2018

Shankar Vedantam (2010) en su libro “The Hidden Brain”, nos ilustra sobre cómo esta “mente oculta” afecta a nuestra vida cotidiana, a pequeñas y grandes decisiones o preferencias, y a todo tipo de personas. Influye en ocasiones para bien y, para mal en otras, y siempre lo hace de forma no consciente, sin que nos demos cuenta, e incluso de manera en que negamos con seguridad su efecto sobre nosotros, sobre nuestro comportamiento. Esta es precisamente su fortaleza.
Este efecto, que siempre se ha producido es, para Vendatam, especialmente peligroso en nuestro tiempo, debido a: la globalización, la tecnología, al extremismo religioso, las convulsiones económicas, los cambios demográficos y las masivas migraciones.
En el pasado nuestros errores mentales, consecuencia de nuestra “mente oculta”, nos afectaban a nosotros mismos, y tal vez a algunos de nuestros vecinos. No tenían más relevancia, no llegaban muy lejos. Actualmente, errores cometidos por ciertas personas impactan de forma directa a muchas personas, a pueblos distantes e incluso a generaciones por venir.
Este es precisamente el punto de alarma: el hecho de dejar sólo en manos de ciertas personas, lideres, dirigentes empresariales o políticos, decisiones que se sabe toman consecuencia directa de su mente no consciente.
Estas decisiones pueden impactar al día a día de los ciudadanos de hoy (impuestos, normas de tráfico, legislación laboral, etc.), o las generaciones futuras (medio ambiente, cambio climático, políticas energéticas, etc.). Estos errores son el origen de grandes niveles de sufrimiento social, de inversiones desastrosas, de conflictos de todo tipo.
Los sistemas democráticos con toda su estructura y andamiaje institucional piensan que las personas y los dirigentes toman siempre las decisones de forma racional y, por lo tanto, son fruto de la mente consciente. Nunca consideran en este modelo el efecto e impacto de la mente no consciente. Y ¡este es el problema!
Con lo que hoy se sabe del funcionamiento del cerebro, desconocer y dejar fuera de la ecuación decisora esta mente “oculta” o inconsciente es jugar con fuego. Desconocer que la mente consciente (la razón) no es (sola) la que toma las decisones es ignorar la realidad. Es cerrar los ojos a los errores y daños colaterales resultantes de decisiones aparentemente “perfectas”. Pedir a la mente no consciente que convenza con argumentos a la no consciente u oculta es tarea condenada al fracaso. Explicar y dar razones o argumentos a un fan, forofo, nacionalista o creyente, para hacerle cambiar de opinión es predicar en el desierto. Pelear con razones (consciente) un sistema de creencias (inconsciente) no es el camino.
Estos errores que genera el “sentido común” ya están perfectamente explicados por Timothy Wilson en su libro “Redirect”, y es una llamada a nuestros dirigentes para que ¡lean más! y nos libren de sus malas decisiones.
¿Vamos a hacer algo al respecto?

Ya en el terreno del marketing, igualmente, las personas en sus procesos de decisión sobre compras y consumo de productos y servicios, resultan influidas de forma inevitable por su mente no consciente, u oculta. Desconocer esto es estar en el viejo marketing y no comprender nada del funcionamiento del cerebro humano.
También, hoy los errores en marketing son más graves, la globalización y la tecnología pueden meter a una marca en serios problemas en unos pocos segundos.
Marketing debe trabajar con esa “mente oculta”, con el incosnciente, o será arrojado al “punto limpio” como una herramienta inservible y obsoleta.



Luis Mª García Bobadilla.
Ventas. Marketing (Experiencias, Neuro). Distribution. ¡Vino! Escritor .Cristiano. Liberal (Hayek) ¡Es la economía! Esencialista (Minimalista). Rioja.
Profesor Universidad Rey Juan Carlos (Madrid).
Autor del libro “+Ventas”. Editorial Esic.
Libro ebook E=mc2 Fórmulas Mágicas!:


No hay comentarios:

Publicar un comentario