sábado, 9 de junio de 2018

Primer mandamiento del marketing

PRIMER MANDAMIENTO DEL MARKETING
Proyecto: BibliaKeting
(Biblia y Marketing)
9 de Mayo de 2018

Evangelio según San Marcos 12,28-34.
Un escriba que los oyó discutir, al ver que les había respondido bien, se acercó y le preguntó: "¿Cuál es el primero de los mandamientos?".
Jesús respondió: "El primero es: Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas.
El segundo es: Amarás a tu prójimo como a tí mismo. No hay otro mandamiento más grande que estos"...

BibliaKeting:
Preguntarnos por el primer mandamiento del Marketing es algo parecido a preguntarnos: ¿cuál debe ser el posicionamiento del marketing? ¿El beneficio principal? ¿El slogan? ¿En qué “negocio está” el marketing?
En definitiva: el propósito, la razón de ser de existir del marketing. O también como diría Simon Sinek: “El porqué”, la clave es siempre el porqué. El porqué del marketing.

El primer mandamiento ¿podría ser?: amarás al mercado, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas.
Es el mercado, cuando es de verdad el mercado, es decir, cuando no está intervenido, manipulado, contaminado por dudosos comportamientos de los oligopolios, o por dudosas prácticas de los grupos económicos, o por políticos que pretenden protegernos (¡Dios nos libre!) con sus leyes y regulaciones... Repito, es el mercado el que decide si una marca, producto, empresa es: aceptada por las personas, con qué cuota de mercado, con qué fidelidad y compromiso, y a qué precios.
Es el mercado el que sentencia si las estrategias de marketing, las proposiciones de valor que se ofrecen, las condiciones de compra, la experiencia de marca, etc., son las adecuadas o no lo son. Es el mercado quien lleva a la marca al éxito o no.
Es la “capacidad de decidir” de forma libre, que tienen las personas, ante las diferentes ofertas, la que construye el mercado. Así pues, el mercado se apoya en la gran característica que nos hace humanos: la capacidad de decidir. Resulta claro que esta capacidad de elegir y decidir no es absoluta, es una capacidad relativa, pero que en toda circunstancia, y precisamente por esto, debe ser potenciada y preservada por toda sociedad que se quiera llamarse libre.
Así pues la pregunta clave es: esto que usted me propone, esta ley, estas condiciones ... ¿me permiten elegir en libertad?
Aquí un ejemplo: el Banco Santander, al que yo llamo “Satan-der”, crea en su momento su “Cuenta 123”. A partir de ahí todas sus acciones consisten en penalizar de varias formas a todos aquellos clientes que no quieran pasarse a su invento de la “Cuenta 123”. No contentos con esto te obligan en sus condiciones a tener una tarjeta de crédito y a usarla al menos una vez al trimestre. ¿Es esto un ejercicio de libertad para sus clientes? ¿El Banco Satan-der, cree en el mercado? ¿facilita la vida a sus clientes? ¿les ha permitido opinar y elegir? ¿hay respeto por la condiciones contractuales previas? Seguro que sus “genios” de marketing, en su torre de marfil, están muy felices. Pero ¿hay efectos colaterales? Olvidan que el mercado es “conversación”. En mi caso, en esta conversación no tenida,  he tomado dos decisiones: 1.- Usar una vez al trimestre la tarjeta de crédito con la cantidad mínima posible (billete de metro), así cumplo las condiciones, pero no tendrán en mi caso un crédito a mi nombre (que es su objetivo). 2.- Estoy preparando todo para irme de ese Banco: ¡Adiós! Claro esta marcha no se explicará como el resultado de su “marketing de cucarachas”, esos “genios” del marketing lo explicarán como resultado de las condiciones adversas del mercado. ¡Se cierra el círculo! Al fin, ¿tal vez no soy un cliente ni importante ni de de su target?
Marketing se dedica precisamente a gestionar, y ¿por qué no decirlo?, a influir en esa capacidad de decidir, en esa capacidad de elegir que tienen las personas. Es lo que se denomina la “arquitectura dela decisión” que tienen las personas en las sociedades avanzadas, en las que algunos tenemos la suerte de vivir. Esta arquitectura de la decisión debe respetar en todo momento la capacidad de decidir en libertad. Esta es la cuestión.

El segundo mandamiento del marketing es: amarás a las personas, con las que te quieres relacionar, como a ti mismo.
Tal vez este segundo mandamiento debiera ser el primero, o como se deriva del primero, en realidad son dos mandamientos, que son de verdad uno.
Hablamos de “personas”, ya que la palabra “consumidor” implica que la parte que nos interesa es sólo la del consumo. Es decir, usted me importa debido a que decide comprar mi producto, lo paga, consume y desecha... ¡Y nada más! Por otro lado hablar de “clientes” es poner el foco en la relaciones comerciales ... Hay algunos expertos en marketing que opinan que la palabra “marketing” implica: poner, empujar hacia …, lanzar productos en el mercado, y que esto debiera cambiarse por la palabra “societing”, que es eso mismo
 pero en la sociedad. Es “poner” productos en la sociedad, que es un marco mucho más rico y complejo que el mercado.
Aquí hablamos de personas. Pues es la persona, sea cliente o no, como entidad compleja, libre y autónoma la que como suma conforman los mercados y la sociedad.
David Ogilvy decía a sus ejecutivos, publicistas, creativos, que tenían que hacer publicidad “para sus esposas, esposos”. Mi pareja, esposo, hijo, madre, etc., son personas estupendas, muy inteligentes, a las que amo. Pero claro el resto de seres humanos son “medio tontos”, y les tengo que hacer una publicidad, con unos mensajes adecuados para su bajo nivel intelectual... El resultado es toda la publicidad y el marketing basura al que ya estamos más que acostumbrados. “Marketing de cucarachas” lo llaman algunos.
En marketing hay que amar a las personas, a las que queremos dirigirnos y con las que deseamos relacionarlos, como a nosotros mismos, o mejor aún, amarles más que a nosotros mismos.
En consecuencia, nacen así otras preguntas de control que como personas debemos hacernos:
- ¿Esta marca me ama? ¿Cumple el primer mandamiento?
- ¿Cuántas marcas le aman a usted? Insisto, a usted como “persona”, ¡no a su cartera!
- ¿Qué pruebas tengo de que esta marca me ama?
- ¿Cómo se porta esta marca cuando las cosas van mal, en una reclamación, etc.?

En resumen, primer y único mandamiento del marketing:
“Amar a las personas, con las que queremos relacionarnos. Amarlas igual o más que a nosotros mismos”.



Luis Mª García Bobadilla.
Ventas. Marketing (Experiencias, Neuro). Distribución. ¡Vino! Escritor .Cristiano. Liberal (Hayek) ¡Es la economía! Esencialista (Minimalista). Rioja.
Profesor Universidad Rey Juan Carlos (Madrid).
Autor del libro “+Ventas”. Editorial Esic.
Libro ebook E=mc2 Fórmulas Mágicas!:
http://www.venderomorir.com/Contenidos/Archivos/ebook%20Emc2%20fm!%20%20Luis%20Maria%20Garcia%20Bobadilla%20Enero2015.pdf
www.venderomorir.com.

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